Cuando la vida pesa: sé amable contigo
Cuando la vida pesa: sé amable contigo
12 de Febrero de 2025

Hay días en los que simplemente abrir los ojos y enfrentarse al mundo se siente como una montaña imposible de escalar. El peso del propio cuerpo en la cama parece un ancla, y la idea de afrontar el día, tomar decisiones y "dar la talla" resulta abrumadora. No es pereza, no es falta de ganas. A veces, simplemente es demasiado.


Nos enseñan desde pequeños que debemos ser responsables, cumplir con nuestras obligaciones y mostrar siempre nuestra mejor versión. Pero, ¿Qué pasa cuando esa versión no está disponible? ¿Cuándo el simple acto de elegir qué desayunar se siente como una tarea titánica?


No hay nada de malo en sentirse así. No eres débil, no eres insuficiente. Eres humano. Y la humanidad es compleja, fluctuante, impredecible. Hay días en los que todo fluye y días en los que hasta lo más pequeño se hace bola. Ambas cosas son parte de la experiencia de estar vivos.


A veces, nos exigimos demasiado. Queremos ser la pareja ideal, el amigo presente, el trabajador eficiente, la persona fuerte y resolutiva. Queremos cumplir con los demás, con nuestras propias expectativas y con las que el mundo parece imponer. Pero no siempre se puede. Y está bien. No dar el 100% todo el tiempo no te hace menos valioso, menos querido o menos digno de respeto.


Los días en los que todo pesa, en los que la simple idea de ponerte de pie se siente abrumadora, intenta ser amable contigo mismo. Tal vez no puedas hacerlo todo, pero podrías hacer una sola cosa pequeña. Tal vez no tengas fuerzas para una conversación profunda, pero podrías enviar un simple "te leo luego". Tal vez no puedas resolverlo todo hoy, pero respirar ya es un acto de valentía

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